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El ser humano vive en un entorno sometido a fuerzas gravitatorias y a la presión ambiental, que es el equivalente al peso de la columna de aire que se encuentra sobre nosotros.

En otras palabras, una atmósfera de presión (1 ATA) es la presión a la que estamos sometidos a una altura equivalente al nivel del mar.

Nosotros respiramos el aire, compuesto por una mezcla de gases, de los cuáles el 21% corresponde al oxígeno. Cuando estamos sanos, el oxígeno que respiramos, difunde en nuestros tejidos a una determinada concentración. Si tenemos un problema médico y acudimos a un servicio de urgencias o un hospital, puede ser que nos coloquen una mascarilla de oxígeno a altas concentraciones, lo que va a favorecer la difusión del mismo a nuestros tejidos. Pero tiene un límite, imposible de superar.

Resultado de imagen de tabla acción oxigenoterapia hiperbarica

Pero según la ley física de Henry, la presión parcial de un gas aumenta si lo hace la presión atmosférica.
Si a una persona le hacemos respirar oxígeno dentro de una cámara hiperbárica, dónde la presión puede aumentar hasta casi tres veces que la atmosférica, podemos hacer que el oxígeno difunda mucho más en nuestros tejidos.

A este tratamiento se le llama oxigenoterapia hiperbárica.

Podemos tratar patologías como son la intoxicación por monóxido de carbono, la que se produce en un incendio o en caso de un intento de suicidio al respirar el gas que desprende un tubo de escape. También podemos utilizar la medicina hiperbárica en el caso de las heridas que no evolucionan bien, como puede ser un pie diabético o un injerto de una cirugía que se está perdiendo por falta de aporte sanguíneo.

Este tratamiento se hace en unas cabinas que se llaman cámaras hiperbáricas. En nuestra ciudad tenemos la gran suerte de ser una referencia a nivel nacional  en el tratamiento con oxígeno hiperbárico, pues disponemos de varias cámaras. La más conocida es la que se encuentra en el Santo y Real Hospital de Caridad, más conocido como hospital de los pinos. Esta cámara hiperbárica, que es la más grande de España, es capaz incluso de albergar a 60 pacientes en un mismo tratamiento. Le debemos tan grandioso esfuerzo a nuestro querido compañero D. Antonio Lara, militar que se formó en Estados Unidos y luchó hasta conseguir que Cartagena tuviera una cámara de unas proporciones enormes.

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También hay cámaras que son monoplazas, es decir, solamente cabe una persona y se utilizan cuando por ejemplo hay un accidente de buceo. En Cartagena disponemos de cámaras de este tipo para poder tratar a los buceadores cuando tienen lo que se llama una enfermedad descompresiva. Os lo voy a explicar. Imagináos que un buceador está haciendo una inmersión respirando gases a través de la botella (buceo en saturación). Si la profundidad es suficiente y el tiempo también, el buceador debe ascender haciendo unas paradas, para que de tiempo a que los gases disueltos en la sangre (por el aumento de presión) no se liberen en la misma en forma de burbujas. Cuando no ocurren estas paradas, el gas formado en la sangre puede provocar una embolia gaseosa en nuestro cuerpo, con consecuencias a veces muy graves. A estos pacientes se les vuelve a someter a un aumento de presión dentro de la cámara hiperbárica, cumpliendo unas tablas, para que el gas vuelva a disolverse en la sangre.

Habitualmente, un paciente en tratamiento con oxigenoterapia es sometido a una presión que puede llegar a las 2,4 ATA o lo que es lo mismo, a 14 m de profundidad bajo el nivel del mar (cada 10 metros de profundidad corresponden a 1 ATA). La sesión de tratamiento tiene una duración de 45 minutos.

Cartagena es un referente a nivel nacional en este tipo de equipamiento e instrucción. Por la parte militar tenemos el centro de buceo de la armada (CBA), que es el centro de referencia en la formación de buceadores de combate de la armada. Imparte cursos a oficiales y suboficiales de los distintos cuerpos de las fuerzas armadas. También colabora con la Universidad de Murcia en el diseño y desarrollo de distintos cursos destinados a la población civil, como puedenser las aulas del mar o los cursos teórico-prácticos para la obtención de una certificación de buceo correspondiente a dos estrellas.

El Dr. Díaz Caparrós junto al curso de oficiales y suboficiales enfermeros de los distintos cuerpo del ejército. Centro de Buceo de la Armada

Yo tengo la gran suerte de poder haber aprendido y vivido esta rama de la medicina pues mi tesis doctoral se titula: “Barotraumatismos en pacientes sometidos a oxigenoterapia hiperbárica” . En el año 2001 mi publicación se basaba en cómo podíamos detectar a personas que iban a tener problemas de oído en un tratamiento hiperbárico.
A raíz de este trabajo de más de dos años, me empecé a familiarizar con la medicina hiperbárica y la medicina del buceo, siendo la otorrinolaringología la especialidad clave, pues muchos de los problemas que tiene el buceador radican básicamente en la esfera ORL.
Existe una ley física muy conocida (Ley de Boyle-Mariotte), que dice que el volumen de un gas es inversamente proporcional a la presión a la que es sometido, a una temperatura constante. Nosotros tenemos partes de nuestro cráneo que están llenas de aire, como son el oído y los senos paranasales, ya que el ser humano ha sido diseñado en la evolución para una vida aérea.

La clave en la compensación de los oídos la tiene la llamada trompa de Eustaquio. Es la puerta que se abre continuamente hacia la nariz y que permite que nuestro oído medio “respire”. Ya hablaremos detenidamente de la trompa de Eustaquio en otro capítulo.

La oxigenoterapia hiperbárica tiene unas indicaciones a nivel mundial bien reconocidas. También tiene otras que no están muy estudiadas pero están en auge hoy en día, como puede ser el tratamiento del autismo, enfermedades del oído interno como la hipoacusia brusca. También están en auge tratamientos para los deportistas a nivel de recuperación muscular y osteoarticular. Una línea muy importante en cuanto tratamientos se viene realizando en el campo de la medicina estética pues se sabe que el oxígeno hiperbárico tiene funciones regeneradoras para la piel y tejidos subyacentes.

Desde hace mas de 15 años, el Dr. Díaz Caparrós imparte clases como profesor asociado de la Universidad de Murcia en las Aulas del Mar y también es el especialista de referencia y profesor en el Centro de Buceo de la Armada de Cartagena.

Félix Díaz Caparrós
Doctor en Medicina y Cirugía
Especialista en Otorrinolaringología

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