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Como bien sabéis todos, no siempre se puede generalizar en la vida, pues nos vamos a encontrar excepciones en todas las circunstancias que analicemos.

Con mis casi 30 años de experiencia en el campo de la otorrinolaringología y más concretamente, en el de la audiología, me atrevería a contaros mi experiencia al respecto.

Podríamos crear tres perfiles diferentes de pacientes.

La chica perfecta

La persona que consulta por acúfenos, puede ser de edad muy jóven, que normalmente corresponde con el  sexo femenino, en torno a los 20 años.

Son chicas muy responsables, que han obtenido siempre las mejores notas y que se enfrentan a situaciones nuevas, como pueden ser el estudiar una carrera en el extranjero.

La situación en la que viven inmersas, les produce un gran estrés y mucho miedo, circunstancias que no saben cómo manejarlas.

Habitualmente, no sufren de pérdida auditiva alguna.

 

El músico hipocondriaco

También  nos podemos encontrar un perfil diferente, entre personas que se dedican de forma profesional a la música.

También son muy responsables, estando sometidas a una gran presión, a un perfeccionismo extremo. Saben que su carrera profesional depende de sus oidos.

Afecta por igual a ambos sexos y no suelen padecer pérdida autitiva alguna.

 

El empresario perfecto

En tercer lugar, contamos con un un sector, mayoritariamente masculino, en una franja de edad correspondiente entre los 40 y 60 años.

Se trata de personas muy responsables y autoexigentes, dueños de negocios, empresarios y/o autónomos.

Están acostumbrados a controlarlo absolutamente todo: empresa y familia, desde el principio de los tiempos.

Nunca saben decir que no y jamás piensan que su cuerpo no es el mismo de antes.

Nunca se detienen. No se dedican tiempo a sí mismos y si lo hacen, lo enfocan desde el lado de añadir más estrés (con actividades como el deporte «explosivo»).

La tensión crónica le va produciendo cambios en su anatomía y fisiología, que sumados a su pérdida auditiva, le hacen imposible conciliar su día a día, con la presencia de dichos «ruidos».

Son personas muy mentales y pragmáticas. Buscan y buscan por sí solas, una causa o etiología que justifique su situación.

Han buscado por internet, consultado en foros. Han buscado en otros especialistas una opinión y lo único que han conseguido, es un aumento de su propia fustración.

Vienen a la consulta sin ninguna esperanza. Solamente porque un amigo se lo ha recomendado.

 

En todos los casos, necesitamos una escucha activa. Es muy importante encontrar la causa del problema, que suele ser multifactorial.

Siempre me ha gustado explorar, tanto la parte física, como la psicológica o emocional.

Les animo a dejar los prejuicios y dejarse llevar. Existen nuevas formas de vivir la vida.

Yo siempre les cuento que cuando se encuentren bien, se tienen que colgar un letrero a los hombros, que diga: «el acúfeno tiene solución» y se tienen que pasear por la calle del Carmen durante varios días.

SI existe solución. ¡Claro que sí!

 

Félix Díaz Caparrós

Doctor en Medicina y Cirugía sobresaliente cum laude

Especialista en Otorrinolaringología

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