ÚLTIMAS NOTICIAS - Clínica Díaz Caparros!!
LOGO

La sordera súbita idiopática (SSI) es una pérdida auditiva de causa desconocida que se instaura en un período inferior a 72 horas y que afecta en mayor medida a personas de entre 40 y 55 años, con una incidencia de entre 2 y 20 casos por cada 100.000 habitantes al año.

La sordera súbita se define mayoritariamente como una pérdida auditiva neurosensorial superior a 30 dB HL, en 3 o más frecuencias consecutivas, en un tiempo de instauración inferior a las 72 horas. Puede suceder de pronto o en el transcurso de unos tres días. Puede ser bilateral en un 3% de los casos, o presentarse, raramente, de forma secuencial en el oído contralateral.

Los factores de riesgo son inciertos, según los autores del consenso. Algunos estudios sugieren que una dieta pobre en vegetales, unos niveles de folato bajos, el síndrome metabólico y la otitis media crónica pueden incrementar el riesgo de sufrirla. Además, la SSI se ha vinculado como factor de riesgo de accidente vascular cerebral posterior e infarto de miocardio.

Las causas de este cuadro no están confirmadas. De hecho,  solo se encuentra su origen en el 10% de los casos tras el diagnóstico. Podría deberse a una inflamación vírica de la cóclea, como consecuencia de un virus, como el herpes o el de la gripe; también por una rotura de las membranas laberínticas, fenómenos vasculares o autoinmunidad. Esta última teoría es quizás la más aceptada  y se habla de que en >75% de las SSI tengan una causa inmunomediada.

Sobre los factores a tener en cuenta para determinar el pronóstico de la enfermedad,
encontramos los siguientes: edad, demora hasta iniciar el tratamiento (días), síntomas asociados, asociación de otras enfermedades, sobre todo cardiovasculares, el tipo de curva auditiva y el grado de hipoacusia al inicio. De ellos, sólo podemos mejorar el pronóstico mediante un diagnóstico precoz, a través de Atención Primaria.

En cuanto a las consecuencias de la SSI, el 90% de los pacientes presentan acúfenos
y, entre el 20 y el 60%, vértigo asociado. Por ello, es importante que los pacientes que presentan sospecha de sordera súbita deben ser atendidos de forma urgente para descartar enfermedades de origen transmisivo, no neurosensorial, o para reafirmar que se trate de una hipoacusia neurosensorial o perceptiva.

El 90% de los pacientes que sufren sordera súbita presentan acúfenos y entre el 20 y el 60% vértigo asociado.

Una vez descartada la causa neurológica y la confirmación de una sordera brusca o súbita, el paciente debe ser remitido de forma urgente al otorrinolaringólogo para confirmar causa neurosensorial. Se recomienda realizar resonancia magnética de oído (RM) en todos los casos de sordera súbita en los primeros 15 días después del diagnóstico. Su importancia radica en descartar una causa definida de la sordera brusca y en contribuir a aclarar una patogenia subyacente de la SSI.

En cuanto al tratamiento primario,debemos tener en cuenta que independientemente de la causa, se produce una hipoxia (falta de oxígeno) en la cóclea, lo que conlleva a la muerte celular. Las células ciliadas son como las neuronas, no se regeneran.

Es por ello que debemos tratar a la persona con sordera súbita de forma inmediata, utilizando corticoides vía sistémica a altas dosis y utilizando la oxigenoterapia hiperbárica.

La oxigenoterapia hiperbárica es un tratamiento muy importante y científicamente demostrado.

Este último tratamiento consiste en respirar oxígeno puro a una presión de 2,4 atmósferas, el equivalente a 14 metros de profundidad en el mar. El oxígeno se vuelve más pequeño por el aumento de la presión y puede disolverse en los tejidos, saliendo incluso de los vasos sanguíneos.

En el décimo consenso europeo sobre las indicaciones de la oxigenoterapia hiperbárica, celebrado en Marzo de 2017, la sordera súbita se clasifica dentro de las recomendaciones tipo I, con un nivel A de evidencia y un fuerte nivel de acuerdo científico.

En Cartagena tenemos la suerte de disponer de varias cámaras hiperbáricas y profesionales muy experimentados en esta especialidad, como le ocurre al Dr. Félix Díaz Caparrós.

Deja una respuesta

Ir al contenido